sábado, 7 de julio de 2007

Tiempos violentos: samurais en guerra

Veo a los niños salir de la escuela, con sus gorritas amarillas, en pequeños grupos, vuelven a su casa alegremente sin que sea necesario que un mayor los acompañe. Y pienso en cómo han cambiado los tiempos, en todo lo que ha pasado este país para poder disfrutar de estos tiempos de paz. Las guerras mundiales del siglo pasado, el dramático resurgir del poder imperial en el inicio de la era Meiji, en el siglo XIX, y los violentos tiempos donde los señores feudales o daymios peleaban entre sí para adquirir más territorios y poder.

Justamente, la ciudad de Nagano (en donde estamos viviendo) se extiende en una llanura que fue hace casi 500 años escenario de una serie de enfrentamientos entre los poderosos señores de la guerra Takeda Shingen y Uesugi Kenshin.






Contexto histórico

Corrían los tiempos críticos de la era Sengoku o “estados en guerra”. El poder centralizado había desaparecido, se había atomizado. El Emperador seguía solo en teoría siendo la cabeza política del país, ya que su papel, como figura de origen divino, era en ese tiempo puramente simbólico. El Shogun, poseedor durante siglos del poder de facto como General en jefe de todos los guerreros o samurais del país, no podía mantener la gobernabilidad. El poder en las diferentes regiones permanecía en los daymio provinciales. El shogun dependía de la lealtad de los mismos. En la segunda mitad del siglo XVI era evidente que el poder central no podía hacer nada para contrarrestar el poder regional y no podía sofocar los continuos enfrentamientos. Los señores luchaban por expandir sus dominios o bien para defenderse de la ambición de otros. La ambición mayor por supuesto, era subyugar y derrotar a todos los enemigos con el fin de adquirir el poder total del shogun.

Entre 1546 y 1565 se mantuvo como shogun Ashikaga Yoshiteru (1536-1565). Fue el número 13 de los shogunes del clan Ashikaga que gobernaron Japón durante el período llamado Muromachi (1336-1573). Paradójicamente, todo lo que hoy encuadramos dentro de la cultura tradicional, la ceremonia del té, el jardín zen o el teatro Noh, surgieron en ese período dominado en su mayor parte por la guerra. Yoshiteru fue un gobernante títere, igual que su padre. Fue el último shogun Ashikaga que mantuvo cierta gobernabilidad gracias a las conversaciones de paz que llevó adelante entre diversos daymio enfrentados, entre ellos Takeda Shingen y Uesugi Kenshin.

Cresta del clan Takeda

El poder del clan Takeda provenía del siglo XII, cuando habían apoyado al bando vencedor de la guerra que llevó al poder al clan Minamoto. Gracias a ello su poder era inmenso en la región central de Japón, específicamente la región de Kai, cercana a Kamakura, cuartel general del shogunado de esa época. El debilitamiento del poder del shogunado Ashikaga a comienzos del siglo XVI hizo que el clan Takeda, igual que muchos gobernadores, reclamaran las tierras que ocupaban como suyas por propio derecho. Así, en 1519, Takeda Nobutora se proclamó daymio, reclamando la región de Kai como propia y estableciendo la capital en la antigua Fuchu, hoy Kofu. En 1540 fue derrocado por su propio hijo, Harubonu. Este, 11 años más tarde, tomó los votos de monje budista, se afeitó la cabeza y eligió el nombre de Shingen, por el cual es conocido. El clan Takeda había comenzado una campaña de expansión. Primero combatió contra los vecinos del clan Hojo aunque sin mucho éxito. Este clan había brindado los regentes del período Kamakura, descendían del clan Taira (que habían dominado la corte en el período Heian) y de la familia imperial. Su territorio abarcaba la península de Izu, al sureste del monte Fuji. Esta región es uno de los escenarios principales de la novela Shogun de James Clavell, de la cual se hizo luego una miniserie con Richard Chamberlain en 1980.

Ahora con Takeda Shingen a la cabeza del clan, trató de expandirse por el norte, hacia la provincia de Shinano (que luego se transforma en la prefectura de Nagano). En 1547 entra con su ejército en la zona y muchos daymios locales se rinden y se convierten en vasallos. En pocos años fue ganando territorios, pasando a ser llamado “el tigre de Kai”. Su bandera de combate llevaba inscripta la siguiente leyenda:

“Veloz como el viento, silencioso como el bosque, fiero como el fuego, firme como la montaña”

Primero conquista el valle donde actualmente se encuentra Matsumoto (ver entrada castillo de Matsumoto). Quedaba abierta la puerta para conquistar el norte de Shinano y luego su objetivo final: el dominio del clan Uesugi, la provincia costera de Eichigo, zona estratégica para la futura expansión hacia el norte de Japón que además de ser rica en campos de arroz, estaba naturalmente protegida por la cadena montañosa que hoy se denomina Alpes Japoneses.

En azul, la provincia de Eichigo, en rojo en el centro Shinano y debajo en rojo Kai.

Pero no iba a ser fácil, un daymio del norte de Shinano, viendo que no podía hacer frente sol al poderoso Takeda Shingen, consiguió una alianza con el vecino señor de Eichigo, Nagao Kagetora, que también se convirtió en un monje budista adoptando el nombre de Kenshin, era la cabeza del clan Uesugi.

Como tal, era célibe y vegetariano. Con el tiempo se lo llamo “el dragón de Eichigo”. Ambos jefes respetaban y seguían el Bushido, el código de honor samurai, y además eran sinceros seguidores del zen, según relata Daisetz T.Suzuki en “El Zen y la cultura japonesa”. El zen había calado hondo en la clase guerrera japonesa, y esta demostrado en las siguientes palabras de los señores de Kai y Eichigo:

Cresta del clan Uesugi






Quienes se aferran a la vida mueren, y quienes desafían a la muerte viven. Lo esencial es la mente. Mira en el interior de la mente, domínala y comprenderás que hay algo en ti que esta por encima del nacimiento y la muerte, algo que ni se ahoga en el agua ni se quema con el fuego

Kenshin



Por su parte, Shingen, en el código de leyes que redactó para su dominio, hace referencia a una idea similar:

Rinde homenaje a los dioses y al Buda. Cuando tus pensamientos estén de acuerdo con los del Buda, tendrás mayor fuerza. Si tu poder sobre los otros procediera de tus malos pensamientos, estarías expuesto, seria tu condena.

Conságrate al estudio del Zen. El Zen no tiene mas secretos que el pensamiento profundo sobre el nacimiento y la muerte.

Takeda Shingen

Lidiar con la muerte, en batalla y fuera de ella, era esencial para el samurai, que estaba expuesto a la misma casi en forma continua. La mirada zen era una valiosa herramienta para que ellos pudieran afrontar con valor la vida que llevaban, ellos estaban mas cerca que nadie del sentimiento de la futilidad y la vacuidad de la existencia. En su entrega a la muerte encontraban el núcleo de la vida. Por eso en estos contendientes esta presente tanto el contemplativo monje zen como el feroz guerrero. Tal fusión puede resultarnos inconcebible pero es necesario profundizar en ella para poder comprender la mentalidad y la estética japonesas.

Expansión de Shingen en la provincia de Shinano. Ubicación de los castillos

Volviendo a los hechos más visibles, cuando a principios de la década de 1550, Shingen penetra en la llanura de Kawanakajima, en el norte de la actual prefectura de Nagano, tanto el como Kenshin sabían que el choque armado era inevitable. Durante los años siguientes iban a tener varios enfrentamientos. En las imágenes se observa el lugar de los enfrentamientos, la llanura entre los ríos en color claro y las montañas en gris. Los tres primeros se produjeron con un intervalo de 2 años, en 1553 (derecha), 1555 (abajo izq) y 1557 (abajo der) pero consistieron mas que nada en una serie de escaramuzas donde no se llego a un resultado definitivo. La mesura primo sobre la muerte, y ambos ejércitos volvieron a sus territorios. Pero la batalla que trascendería el tiempo seria la cuarta, en 1561, tema de nuestra próxima entrada.








Nota: las fotografías fueron tomadas en el Museo Municipal de Nagano, situado en el Parque Histórico de Kawanakajima. Durante todo el año se realiza una exposición muy bien presentada acerca del enfrentamiento entre Shingen y Kenshin. Las citas textuales de las palabras de Kenshin y Shingen fueron tomadas del libro El Zen y la cultura japonesa, de Suzuki.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanto la referencia de los niños. Quizás tiene que ver con la
imposibilidad que tenemos los hombres de percibir la pelicula y no quedarnos
con la foto. La paz de hoy es la instantánea de la película que, ojalá
no, puede conducir a convivir con otras violencias.

Marta