sábado, 24 de enero de 2009

El jardín japonés en el siglo XXI



Los últimos grandes desarrollos urbanos en Tokyo no han olvidado la herencia cultural. Entre moles de cemento, vidrio y acero, se han integrado al paisaje un poco de agua y verde, que otorgan el contrapunto necesario para mantener la armonía entre modernidad y tradición.
Como pequeñas manchas de naturaleza en el gris dominante de la ciudad del futuro, otorgan un momento de solaz a los ajetreados  tokiotas. Parece  mentira que una tipología paisajística nacida hace más de mil años, todavía sobreviva. A pesar de que es bien recibido todo intento de oxigenar (física, visual  y aún espiritualmente) la ciudad, estos jardines modernos no tienen el encanto de los antiguos. No guardan uno de los requisitos de la jardinería japonesa: el jardín debe tener algún elemento antiguo o que parezca antiguo. Esa característica le da un toque de eternidad al jardín, porque parece sin edad y al mismo tiempo su innata renovación y dinamismo natural le otorgan el sabor de lo nuevo. Aunque para darle un vistazo a lo nuevo, no hay más que alzar un poco la vista en los modernos complejos de Roppongi Hills y Tokyo Midtown.



















Plano del complejo Roppongi Hills
Referencias: 1) Torre Mori, 2) Hollywood Beauty Plaza, 3) Arena, 4) Virgin Cinema Complex, 5) Torres residenciales.






El primero de ellos fue inaugurado en 2003. Fue concebido como una pequeña ciudad por el magnate de la construcción Minoru Mori. Costó 4000 millones de dólares y el terreno, de unas 11  hectáreas, se fue constituyendo a partir de unos 400 lotes individuales en el medio de un barrio no muy atractivo de la ciudad (al menos hasta entonces, el complejo ha recibido millones de visitantes  desde su inauguración).
























El centro de la urbanización lo  constituye la imponente torre Mori, con sus  54 pisos y 238 metros. El punto social por excelencia es un gran espacio al  aire libre denominado Roppongi Hills Arena, techado en altura en parte, allí se realizan eventos. Está rodeado por dos grandes torres residenciales, la torre Mori, el hotel Hyatt, un complejo de cines, el edificio de TV Asahi y nuestro humilde jardín japonés. 









Vista del Roppongi Hills Arena, detrás se puede ver el jardín

De forma irregular, tiene unos 80 metros de largo por 50 de ancho. Se puede recorrer por dos senderos que rodean al estanque, uno es más alto y sus bancos situados entre los árboles invitan
 al descanso y son lugares únicos para disfrutar de un almuerzo. El lago está alimentado por una cascada y contiene los infaltables lotos, a su vez, está rodeado por azaleas y una serie de sakuras.



































Vista  general del jardín y el estanque, a la  derecha el edificio de la TV Asahi, en el fondo se divisa la Torre de Tokyo.

A menos de un kilómetro de allí, se encuentra el más reciente complejo Tokyo Midtown. Cuando lo visitamos de casualidad en 2007 (ya que estábamos de paso hacia las Roppongi Hills), nos sorprendió encontrar un jardín nuevo de tipología tradicional.  Habrá que esperar unos años a que crezcan los árboles, pero igualmente es un lugar bonito para detenerse. 




















Torre Midtown




















Jardín y estanque




















Farol de piedra

Un largo quincho con bancos permite el descanso y el refrigerio. Un sendero sinuoso principal bordea el estanque, que es poco profundo y presenta diseños realizados con diferentes piedras de colores. El infaltable farol de piedra, reminiscencia de una moda del período Edo, también nos remite al pasado. Una pequeña cascada, varios pequeños senderos con pequeños bancos y una fila de sakuras complementan el conjunto.
El jardín se sitúa en el noreste del complejo y se denomina Hinokicho Park. Antiguamente fue el jardín de una villa perteneciente al clan Mori. Como estaba rodeado de cipreses (hinoki en japonés) le quedó ese nombre. El sitio perteneció luego a la administración estadounidense en la época de la ocupación, para luego pasar al Ministerio de Defensa.


















Plano general

Afortunadamente se reconvirtió en un moderno complejo cívico que destina el 40 % de su superficie al verde. Al oeste del jardín se encuentra un parque de tipo occidental, con una gran pérgola, un espacio abierto de césped y un recorrido que bordea el complejo por todo su lado oeste. Una joyita del complejo es un espacio de diseño contemporáneo realizado por Tadao Ando, está como sumergido en la tierra y desde fuera parece de menor altura.Más allá de las críticas que puede tener el hecho de traer al siglo XXI un tipo de jardín de la antigüedad japonesa, consideramos que es un “avance” en relación a algunas manifestaciones paisajísticas de fines del siglo XX, donde se avanzaba hacia un jardín sintético. Efectivamente, composiciones pétreas realizadas en plástico, árboles de lata, troncos secos pintados de plateado, “jardines” donde imperaba el cemento, constituían la clara demostración de que el ser humano se había apartado completamente de la naturaleza. El último episodio de esa separación consiste en crear una naturaleza completamente artificial. Hoy el camino sigue abierto, y quizás los recientes jardines tokiotas del siglo XXI plantean un sano y tímido regreso a las fuentes.