jueves, 14 de junio de 2007

Bella Kyoto

Nuevamente otra entrada relámpago para ponernos al día. A fin de marzo de este año (2007) visitamos la ciudad que para nosotros constituye una especie de Meca: la milenaria ciudad de Kyoto. ¡Nos compramos un terreno allí y nos vamos todos a vivir! (je je) Es una ciudad preciosa donde convive lo antiguo con lo ultramoderno, lo contemplativo con lo mas fashion. Pasemos a las fotos: el primer templo que fuimos a visitar fue el Kiyumizudera, donde fluye una vertiente de agua sagrada (mizu significa agua). Es candidato para ser una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Esta buenísimo. Nos llamo la atención que todos los lugares religiosos que visitamos no están aislados sino que forman parte de inmensos complejos, incluso algunos son extraños porque da la impresión de entrar como en un barrio cerrado (ya vamos a filmar para que se den cuenta).

Al otro día fuimos a visitar el Ginkakuji o pabellón plateado. Es hermosísimo, fue el jardín que mas nos gusto, muy especial. No es tan grande como el templo del pabellón dorado que citamos más adelante pero justamente su tamaño le da un toque de intimidad.



No lejos de allí se encuentra el Nanzen-in. Es el primer jardín zen (kare sansui o jardín seco). Hay tanta armonía en la forma que pusieron las piedras que uno queda embelezado mirando. Estos jardines son parte del conjunto de templos y monasterios zen. Hacerlos, mantenerlos y contemplarlos era parte de las prácticas zen.





Siguiendo el tour, en el norte de Kyoto se encuentra uno de los templos más famosos: el kinkakuji o pabellón dorado, esta recubierto de láminas de oro. Su diseñador quiso hacer algo que quitara la respiración a quien lo mirara por primera vez. Les podemos asegurar que lo logró, y eso que ya lo habíamos visto antes en fotos. Verlo en directo es impresionante, no por el oro, sino por la composición del templo junto al jardín y el lago, parece que el templo tuviera entidad propia.





Al día siguiente visitamos otro complejo que comienza con un portal enorme, hay varios de ese tipo en Kyoto. Ahí se ve pequeñita a Laura. Detrás de ese portal se encuentra otro monasterio con el jardín zen más famoso: el Ryoan-ji. Aquí también nos quedamos sin palabras, uno mira y piensa que son unas cuantas piedras sobre la arena, pero manifiestan algo mucho mas profundo, un sentimiento de perfección.









El último jardín que vimos, el Danzenji era lindo pero ya no transmitía lo mismo, era como un estereotipo basado en los anteriores. Lo más lindo fue el gatito que apareció persiguiendo una mariposa, pero fue atrapado por Lau, que no lo soltaba (al menos salvó a la mariposa que el minino estaba persiguiendo).


Por último para que vean el contraste, la última foto es de la moderna estación de trenes de Kyoto, un complejo ya no de templos y jardines sino de shoppings, restaurantes de todo tipo, hoteles, supermercados, una microciudad (y por supuesto no faltan los trenes, no?, vimos el shinkansen o trenbala, nuestra próxima aventura).

Terminamos esta entrada con una bella plegaria que vimos escrita en el muro delantero de un templo:

“déjanos descubrir el sentido del nacimiento y la alegría del vivir…”





Esta entrada se encuentra en reparación ya que desaparecieron algunas fotos, sepa disculpar las molestias


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