domingo, 3 de febrero de 2008

Miyajima: la isla sagrada

A pesar del frío, salía el sol, el día iba estar lindo. Emprendimos nuestro viaje en el street car o tranvía moderno desde Hiroshima hasta el puerto, que se encuentra a unos 30 minutos.

Para el pueblo japonés la isla de Miyajima no es una isla cualquiera, la consideran sagrada desde tiempos inmemoriales y ha sido resguardada por todos los gobernantes a lo largo del tiempo.


La isla lleva el nombre del santuario, Itsukushima, pero popularmente se la conoce como Miyajima, que significa "isla santuario". Se encuentra en el mar interior de Japón, como si estuviera abrazada por la bahía, el entorno es muy hermoso. Es posible que debido a su belleza natural los antiguos pobladores de Japón la hayan venerado como asiento u hogar de los kamis o dioses, según la religión nativa del Japón.

Llegamos a la isla a través del ferry y apenas desembarcamos tuvimos una graciosa recibida: los ciervos. Una de las atracciones naturales del lugar son estos animales que vagan libremente por todos lados. También constituyen un peligro ya que hay carteles por todas partes advirtiendo de cuidar las pertenencias porque a los ciervos les gusta "robar" y comer todo tipo de cosas, ¡hasta papel!

A continuación nos dirigimos a visitar el famoso santuario construido alrededor del siglo VI. En el siglo XII la poderosa familia Taira lo reconstruye. La estructura que se encuentra hoy data del 1571.

El santuario esta dedicado a tres diosas del mar: Ichikishima, Tagori y Tagitsu. La tradición dice que viven en el sanctasanctórum, la capilla interna del santuario.










Santuario Itsukushima durante la marea alta

El santuario esta construido sobre la playa de la isla. Tiene la peculiaridad que cuando la marea sube, la estructura de madera parece quedar suspendida, como flotando sobre el agua. Fue realizado según el estilo shinden. Este estilo arquitectónico era característico de la mansiones cortesanas de Kyoto durante el periodo Heian (794-1185) y se caracterizaba por un complejo de edificios conectados entre si por largos corredores techados abiertos por los costados (foto derecha). Estos edificios estaban rodeados por un amplio estanque.


Esta construido en madera y pintado de rojo. Se compone del santuario principal, varios edificios secundarios, un escenario (foto izquierda) donde se realizan obras de teatro Noh y otros espectáculos, corredores y puentes que conectan los diversos edificios.


Completa la belleza del paisaje el gran Otorii ubicado enfrente del santuario. Los Torii son portales que indican la entrada a un recinto sagrado y los encontramos a la entrada de todos los santuarios shintoistas. En el caso del Torii de Utsukushima encontramos apropiadas las palabras de Satori Bhante, autor del libro “El Shintoismo”:

“…aunque los torii, símbolo central y típico del shintoismo, dan acceso a los distintos sectores del templo, en este caso tiene una función mas coherente con el espíritu original del shinto, que concibe poéticamente todo el espacio como un vasto templo habitado por los kamis...”

El Otori esta construido en madera de alcanfor, los primeros se construyeron en el período Heian, la estructura presente data de 1875. Es sin lugar a dudas el símbolo de la isla. A la izquierda y debajo vemos el Otori con la marea baja. Cuando la marea sube, también queda igual que el templo suspendido: parece flotar sobre el agua.

Siguiendo nuestro recorrido nos dirigimos hacia el monte Misen, en el centro de la isla. Miyajima posee muchas bellezas naturales y en nuestro camino de ascenso pasamos por el bosque de momiji o arce japonés que en otoño se tiñe de diferentes tonos de rojo, pintando un cuadro paradisíaco. Desgraciadamente no tuvimos la oportunidad de verlos así, nuestro viaje fue en el avanzado invierno y los árboles ya habían perdido las hojas. No solo ciervos encontramos en nuestro camino sino también gran cantidad de monitos vagando por ahí, como el que parece contemplar el paisaje a la derecha. El monte Misen es el pico mas alto de la isla, alrededor de 530 metros, en su cima hay un mirador que ofrece una vista privilegiada. Desde ahí arriba pudimos contemplar el hermoso paisaje marítimo que se extiende en todas las direcciones. Se puede ver el mar interior, la ciudad de Hiroshima (izquierda) y la gran isla de Shikoku, que es la que se encuentra enfrente de Honshu, la isla principal y más grande del archipiélago de Japón.


Al regresar de nuevo hacia la playa quedamos sorprendidos al ver el nuevo paisaje: bajo la luz del atardecer la marea había subido y el santuario junto con el Torii se encontraban ahora con sus cimientos debajo del agua.

El sol cae sobre el puerto de la isla

No hay comentarios.: